jueves, 9 de abril de 2015

Viernes, 21 de agosto de 1942

Querida Kitty:
Nuestro escondite sólo ahora se ha convertido en un verdadero
escondite. Al señor Kugler le pareció que era mejor que delante de la puerta que da
acceso a la Casa de atrás colocáramos una estantería, ya que los alemanes están
registrando muchas casas en busca de bicicletas escondidas. Pero se trata naturalmente de
una estantería giratoria, que se abre como una puerta. La ha fabricado el señor Voskuijl.
(Le hemos puesto al corriente de los siete escondidos, y se ha mostrado muy servicial en
todos los aspectos.)
Ahora, cuando queremos bajar al piso de abajo, tenemos que agacharnos primero y luego
saltar. Al cabo de tres días, todos teníamos la frente llena de chichones de tanto
chocarnos la cabeza al pasar por la puerta, demasiado baja. Para amortiguar los golpes en
lo posible, Peter ha colocado un paño con virutas de madera en el umbral. ¡Veremos si
funciona!
Estudiar, no estudio mucho. Hasta septiembre he decidido que tengo vacaciones. Papá me
ha dicho que luego él me dará clases, pero primero tendremos que comprar todos los
libros del nuevo curso. Nuestra vida no cambia demasiado. Hoy le han lavado la cabeza a Peter, lo que no tiene
nada de particular. El señor Van Daan y yo siempre andamos discutiendo. Mamá siempre
me trata como a una niñita, y a mí eso me da mucha rabia. Por lo demás, estamos algo
mejor. Peter sigue sin caerme más simpático que antes; es un chico latoso, que está todo
el día ganduleando en la cama, luego se pone a martillear un poco y cuando acaba se
vuelve a tumbar. ¡Vaya un tonto!
Esta mañana mamá me ha vuelto a soltar un soberano sermón. Nuestras opiniones son
diametralmente opuestas. Papá es un cielo, aunque a veces se enfada conmigo durante
cinco minutos.
Afuera hace buen tiempo, y pese a todo tratamos de aprovecharlo en lo posible,
tumbándonos en el catre que tenemos en el desván.

Tu Ana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario